sin duda la niñez fue una de las etapas más felices pues no nos preocupaba nada más que se nos pasara nuestra caricatura favorita o ya en un caso muy extremo, que regresáramos con ese sello de ‘no trabaja’ en nuestra libreta
Nuestra recámara era sin duda el lugar favorito por excelencia, y estas eran alguna de las cosas que teníamos:
Figuras de plástico con forma de galaxia, que brillaban en la obscuridad, ya saben esas que pegábamos en el techo y nos hacían sentir en el mismísimo espacio.
‘Puertas’ hechas con chaquiras y cualquier adorno colgante: en realidad terminaban siendo insoportables pero nuestro hippie interno las amaba...
Posters: quien no tuvo a las Spice Girls, Backstreet Boys, Britney o Nsync ¡había para elegir! Aunque a veces nos regañaban por pegar cosas en la pared...
Sillón inflable: eran lo más cool, aunque en época de calor, bueno no era lo más recomendable...
Colección de Tazos: los cuidábamos como nuestro tesoro más preciado...
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